Cómo mira la luna Riacho Azul

¿Cuál es el límite entre naturaleza e historia? ¿Podemos realmente poner un límite que separe el desarrollo de la vida social de su entorno? ¿Cómo llegamos a creer que es posible separar la vida humana de la vida en general?

Son preguntas que surgen prestando atención especial a las entrevistas del Archivo Oral del museo. Un día, por ejemplo, escuchamos al pescador artesanal Silverio Mazzella quien, al contar su experiencia de vida y de trabajo, decía esta frase: La luna y el mar son dos complementos. Cuando estábamos pescando en Riacho Azul y veíamos la luna creciente, apenas una pancita pasaba un poquito la mitad… nos poníamos contentos. Quería decir que pronto volvíamos a casa.

Nos llevó mucho tiempo entender lo que nos contaba Silverio con esa frase.  Él nos hablaba de su ambiente desde la observación detallada de la luna desde el agua, como un astrónomo embarcado que la sigue en detalle. Lo hacía también pensando la relación entre los astros y las mareas en la variación de las corrientes. Pero además hablaba de la relación de esas mareas con los seres vivos que las habitan. Y a la vez daba cuenta de las técnicas de su trabajo como pescador artesanal (aprendido de sus antepasados ponceses que inmigraron desde Italia a principios del Siglo XX) que implica movimientos de las mareas para que se llene la red en el fondo. ¡Y toda esa serie de relaciones también tenía que ver con sus sentimientos! Porque cuando la luna crecía y disminuía la pesca llegaba el momento de volver a puerto… ¡donde esperaba su amor! 

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Sueños

Una de las consecuencias de los decretos de desregulación económica firmados en 1991 es la cada vez mayor concentración del ámbito de salida de la producción de granos y derivados: hoy el 80% de todo lo exportado por los puertos del país sale por la “autopista de agua” de la hidrovía del Paraná. Esa concentración territorial es también una concentración de las ganancias, aunque las correspondencias no parecieran terminar ahí. Tal vez haya además en el mismo movimiento concentraciones políticas, culturales, lingüísticas, inclusive metafóricas e imaginarias. Habría que hacer una consulta para saber si hasta en nuestros sueños no hay más río que mar.

Ahora que se vuelve a pensar en la recuperación del rol del Estado en relación a la hidrovía del Paraná, tal vez pueda ser útil no ubicar con tanta certeza la etapa de formación del Estado argentino entre fines del XIX y principios del XX. ¿O no está el Estado argentino siempre en formación? Como el mismo lecho de estas aguas del canal principal del puerto de Bahía Blanca, dragadas una y otra vez, también el Estado va cambiando su forma. Los sedimentos que se retiran, con el tiempo se vuelven a acumular: no, no hay nada de inmovilidad ahí. Tampoco nada de claridad cuando se opera con barro. Se trata, más bien, de aguas agitadas.

¿CUÁNDO SE USA EN LOS MEDIOS LA PALABRA “CANGREJAL”?

Humedales, canales, islotes, estuario, salitral, diatomeas, marismas, espartinas, pastizales, ría, arroyos, gaviotas, pleamar, bajamar, cangrejal. Vivimos junto a un ecosistema dinámico y complejo, pleno en interacciones entre el agua del mar y el agua dulce, tramado por numerosas islas y canales de nombres singulares y constituido por una pluralidad de hábitats con la flora y la fauna más intrigante, pero, ¿se dieron cuenta?, las poquísimas ocasiones en que esas palabras que lo nombran aparecen con regularidad en la radio o en la televisión son tremendamente dolorosas y tristes.