
Un año se puede contar en días, meses. Un año de la Cocina del Museo se puede contar en mesas. Porque cada domingo incluye una distinta, preparada por cocineras, cocineros, grupos de trabajo y vecinos, que ponen en acción sus saberes particulares con una propuesta que siempre es nueva, porque es tan vital como su experiencia.
Pero no se trata sólo del saber práctico que se expresa cocinando o decorando una tarta, sino también hablando y reflexionando sobre el propio trabajo. Su presencia en el museo también tiene relación con el Archivo Oral y Fotográfico, con las preguntas que la Cocina propone en torno a distintos temas.
En 2012, la indagación fue en torno a las articulaciones y desplazamientos entre el mundo de la producción industrial y el mundo cotidiano, concentrados en una herramienta en particular: los electrodomésticos.

Y como hablar de aparatos eléctricos, su incorporación en las mesadas y cómo cambiaron en el tiempo, es también preguntarse por la energía que los pone en funcionamiento; además de cocineras fue necesario entrevistar a otros trabajadores. Como el electricista «Pamperito» Pérez, que en 1959 entró a trabajar en la Administración General de Puertos y años después se dedicó a reparar electrodomésticos e instalaciones eléctricas de cientos de casas en White y Bahía Blanca. O el Técnico Electrónico Juan Carlos Marchettini, que con los inicios de la televisión en Bahía Blanca instaló parte de las primeras antenas en el centro de la ciudad y durante años vendió, instaló y reparó productos electrónicos en White.

Ellos y muchos otros se reunieron el sábado pasado en la Cocina, para recibir un reconocimiento por años de trabajo en la comunidad. Junto a cocineras, sindicatos, centros educativos y colectividades, que levantaron las copas para brindar por el año compartido y también el que viene.