La crisis de 2001 suele asociarse, en seguida, con los cacerolazos y la represión del 19 y 20 de diciembre, o sea, con cosas que pasaron, exclusivamente, en la Capital Federal. La pregunta que surge entonces es: ¿Cómo se vivió la crisis en el llamado “interior” del país? ¿Coinciden la fecha, el modo de la protesta, los efectos, o aun las causas?

Para el museo, el 2001 en White es, en realidad, el 2000. Entre agosto y septiembre de ese año, los vecinos cortaron las rutas de acceso a las plantas del Polo Petroquímico, reclamando controles luego de los escapes. Al mismo tiempo, los pescadores artesanales hicieron un “piquete en el agua”, exigiendo que la Subsecretaría de Pesca de la provincia diera marcha atrás con el permiso que tenían empresas pesqueras chinas de operar en la ría. Esa vez, y por primera vez, San Silverio fue llevado a la ría fuera de la procesión habitual.

El modo de protesta que usaron los trabajadores y vecinos whitenses remitía, sin duda, a una forma de reclamo que se venía dando desde mediados de la década de 1990, cuando las privatizaciones habían dejado sin trabajo a miles de argentinos. Lo que, a primera vista, parecía un conflicto particular y coyuntural, propio de una localidad portuaria, era, en realidad, una forma más en la que se vivía la crisis. Lo que la gente reclamaba, en realidad, era trabajo, reflexiona la docente y vecina María Gabriela Rodríguez. La crisis del 2001, en White, empezó en el ’95, sostiene Cristian Pierez, también vecino whitense y trabajador de ABSA. Una crisis, entonces, implica distintas miradas acerca de lo que es y de cómo se la ubica en el tiempo y en el espacio. El sentido de una crisis está siempre en disputa.
¿Cómo interpretar la crisis de 2001 hoy, más de diez años después? Algunas pistas pueden encontrarse en los efectos que tuvieron las protestas del 2000 en White. Luego de los piquetes, se creó por ley 12.530 un programa estatal que tiene la función de garantizar la “calidad ambiental”. El permiso de la Subsecretaría de Pesca fue retirado, y en 2001 la provincia declaró la “emergencia pesquera”. Así, los efectos tuvieron que ver con cambios en las políticas estatales. De hecho, el destinatario de los reclamos era, precisamente, el Estado. Preguntarse por la crisis del 2001 es, entonces, preguntarse por el rol del Estado hoy, por sus funciones, por sus políticas en relación al trabajo, al medioambiente, a la actividad económica. Una pregunta sobre el 2001 es, sin duda, una pregunta sobre el presente.