Sueños

Una de las consecuencias de los decretos de desregulación económica firmados en 1991 es la cada vez mayor concentración del ámbito de salida de la producción de granos y derivados: hoy el 80% de todo lo exportado por los puertos del país sale por la “autopista de agua” de la hidrovía del Paraná. Esa concentración territorial es también una concentración de las ganancias, aunque las correspondencias no parecieran terminar ahí. Tal vez haya además en el mismo movimiento concentraciones políticas, culturales, lingüísticas, inclusive metafóricas e imaginarias. Habría que hacer una consulta para saber si hasta en nuestros sueños no hay más río que mar.

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Ahora que se vuelve a pensar en la recuperación del rol del Estado en relación a la hidrovía del Paraná, tal vez pueda ser útil no ubicar con tanta certeza la etapa de formación del Estado argentino entre fines del XIX y principios del XX. ¿O no está el Estado argentino siempre en formación? Como el mismo lecho de estas aguas del canal principal del puerto de Bahía Blanca, dragadas una y otra vez, también el Estado va cambiando su forma. Los sedimentos que se retiran, con el tiempo se vuelven a acumular: no, no hay nada de inmovilidad ahí. Tampoco nada de claridad cuando se opera con barro. Se trata, más bien, de aguas agitadas.