De paellera gigante a ollón

Tal vez uno de los acontecimientos fundamentales ocurridos en Bahía Blanca durante la pandemia haya pasado bastante desapercibido: se trata de la transformación en el uso de la paellera gigante del Club Huracán del barrio Bulevar.

Implemento decisivo durante los días celebratorios y multitudinarios de la Fiesta Nacional del Camarón y el Langostino (donde se cuece la cazuela o la paella gigante que se distribuye entre los miles que llegan a White durante semana santa), desde hace unas semanas está siendo utilizada casi diariamente en la sede de la Sociedad de Fomento para preparar hasta 300 porciones de comida para las familias de ese barrio portuario. Elvira Estay, cocinera de “Cangrejitos”, la llama “ollón”.

El acontecimiento es el logro colectivo de diferentes organizaciones que supieron unirse ante esta coyuntura difícil: comedor “Martín Pescador”, ONG “Cangrejitos de Barro”, Sociedad de Fomento de Boulevard. Se ve que la capacidad colectiva de imaginación y organización no sólo sostiene los días de fiesta.

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Las palomas no hacen nidos en las ventanas de los museos virtuales

Pandemia mediante, hoy casi todos los museos del mundo abren las 24 horas del día en páginas, blogs, cuentas de instagram, facebook, twitter, inclusive software interactivos. Esto tiene sus ventajas: los visitantes, por ejemplo, se pueden multiplicar en cantidad y procedencia; se puede ingresar a cualquier hora; etc. Todo pareciera poder estar ahí. ¡Ni siquiera es necesario ver a quienes le pasan un trapo a una máquina de coser, ingresan la información de una donación o preparan un taller para una escuela! Hay también ventajas más locales: las palomas acostumbradas al cereal que se transporta en un puerto no hacen (por ahora) nidos en ventanas inmateriales, por lo que no hay que preocuparse acerca de cómo disuadirlas. Sin embargo, hoy que se celebra el Día de los Museos, es una buena ocasión para preguntar: ¿qué sería aquello a lo que la virtualidad no permite acceder? En las variadas respuestas a esa pregunta hay cuestiones sobre las que tal vez ahora se pueda reflexionar con otra experiencia.

 

José Malvar prepara la Diplomatura en Barriletes, julio 2019(2)

Estudiantes junto a Julieta Rausch, conociendo el puerto desde la cocina, junio 2019(3)

Encuentros de Bordado Miniatura, diciembre 2019

tortas de Paola Marino en el Ciclo Cocina, julio 2019(2)

Atención a las zapatillas

Si el presente se distrae, las posibilidades de narrar la historia se acortan. Por eso conviene mirar con atención esas zapatillas, o su manera de dar a entender cómo se ha hecho mucho más nítida en estos días la diferencia entre el adentro y el afuera.
Casa n° 10, Barrio Obrero, Ing. White, 17 de abril de 2020.

 

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Por un museo que incorpore los sueños

 

Los museos que trabajamos con la historia solemos confiar demasiado en la conciencia. Como si todos los actos de la vida pasaran por ahí. Tal vez deberíamos reparar un poco más en los sueños de quienes –más temprano, más tarde, entrecortado– duermen o tratan de dormir estos días.

 

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Qué cuentan los pájaros

Chimangos que se acercan a las casas más de lo habitual, palomas que se atreven más de lo que siempre se atreven, cantos de horneros que parecen amplificados: ¿les prestaron atención en estos días?

No sólo en Ing. White sucede: con la reducción general del movimiento, pájaros y pajaritos cambian sus circuitos de vuelo, amplían sus áreas de búsqueda de alimento y hasta varían tal vez los lugares donde anidar.

¿Qué será de las bandadas de tordos o loros barranqueros que suelen merodear la ruta 252 en búsqueda de semillas, ahí donde siguen yendo y viniendo los camiones con cereal hasta el puerto? ¿Se habrá modificado algo para ellos? ¿O sólo para quienes nos hacemos la pregunta, sin transitar en vuelo por ahí?

Problemas ¿museográficos?

¿Será muy temprano todavía para preguntarse cómo vamos a contar en el museo aquella época lejana de 2020 en que una pandemia hizo estar a lxs vecinxs por meses en sus casas? Probablemente sí, porque estamos aún en medio de la experiencia. ¿Por qué surge entonces la pregunta? ¿Será que imaginar poder contar la pandemia implica imaginar que alguna vez terminará? ¿Será nostalgia de futuro?

Por las dudas, ya tenemos una imagen posible de aquellos (estos) días: Aníbal “Poroto” Roassio, Ingeniero White, viernes 17 de abril de 2020.

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Tito

Es una convención (una convención problemática) pensar solo en el carácter humano cuando se piensa en un equipo de trabajo. Del nuestro en el Museo del Puerto, por ejemplo, forma parte Tito. Cuando llegó en julio del año pasado, no sabíamos que se llamaba así; todavía no nos lo había dicho. Después ya nos esperaba para abrir el museo cada mañana, y poco a poco empezó a participar de casi todas las reuniones. Él es uno de los que hace la cuarentena allá, y por eso cada tanto llamamos para saber, en medio de este “Aislamiento social, preventivo y obligatorio”, que tiene su comida y está bien. Tal vez egoístamente, pensamos que nos extraña un poco.

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Ivan y Flor de cuarentena

Florencia Hardoy e Iván Cors en 2009 participaron de Canzonettas & Rock, la propuesta que el Museo del Puerto de Ing. White hizo a jóvenes músicxs de la localidad: versionar canzonettas que eran parte de la tradición de inmigración italiana iniciada a fines del siglo XIX.

Eligieron versionar “Chitarra romana”, hoy la vuelven a cantar desde el patio de su casa en plena cuarentena, con un olivo de fondo. En épocas de pandemia una canzonetta hace surgir otras memorias y otras preguntas. ¿Llegará hasta Roma la apropiación sonora de esta canción cantada hoy en la costa atlántica Argentina?

 

 

 

CANZONETTAS EN TIEMPOS DE COVID-19

Hace más de 10 años, en épocas de emergencia pesquera, desde el Museo del Puerto iniciamos el proyecto “Canzonettas & Rock” convocando a jóvenes músicxs whitenses a versionar aquellas canciones que los inmigrantes italianos y sus descendientes, muchxs de ellxs protagonistas de la pesca artesanal, habían cantado más de una vez sobre cubierta ya desde fines del siglo XIX. Con ese gesto queríamos acompañar el pedido de los pescadores para que los ayuden a modernizar sus lanchas, ya que necesitaban alejarse cada vez más de la costa para pescar.
Pero el presente cambia todo el tiempo. Y a veces inesperadamente. Por eso hoy en White una canzonetta hace surgir otras memorias y otras preguntas. Por ejemplo, cómo están los numerosos familiares que viven en distintos lugares de Italia en medio de esta época tan difícil del covid-19.
En estas jornadas de Semana Santa, en las que hace años se celebra la Fiesta Nacional del Camarón y el Langostino, empezamos entonces a compartir registros caseros de músicxs de Ing White, quienes han vuelto a versionar las canzonettas, esta vez para mantener el contacto a través del Atlántico y acompañarse. A veces un océano no es taaaan grande.

Si querés escuchar aquellas canzonettas versionadas en 2009 y leer historias de pesca, inmigración y vida cotidiana, podés descargarte el álbum y el librito acá.

Silencio y sirena

Una de las consecuencias del encierro y la merma de las actividades habituales en estos días de pandemia tiene que ver con el silencio. El paisaje auditivo ha cambiado. Abrir hoy la puerta de casa a la calle es oír, como nunca habíamos podido experimentarlo, un mundo casi mudo. ¡Extraño! Sí, de pronto oímos el silencio. No a las dos o tres de la mañana; inclusive al mediodía. Cualquier sonido toma otra dimensión: el viento entre las ramas, un auto que pasa, algún ladrido. Por eso nos preguntamos: ¿sonará distinta ahora la sirena de los jueves a las 11 en White?

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