Receta para toda la provincia

La Subsecretaría de Turismo de la Provincia invitó al Museo del Puerto a compartir una receta de Ing. White para hacer circular por toda la provincia de Buenos Aires, como sugerencia de cocina en estas fiestas. Una receta que fuera parte de la historia local, fácil de preparar, muy rica… ¿Qué mejor que “Camarones a la príncipe de Nápoli”, transmitida por Margarita Marzocca? ¡Anímense a preparala en sus casas!

Camarones a la príncipe de Nápoli

(Para 4 comensales)

Esta receta trasmitida por Margarita Marzocca, cocinera de Ing. White, fue inventada por su madre, María Diomede en la década del ´60, como menú de la cantina de su familia, la cantina “Zingarella”.

Ingredientes:

½ KG pulpa de camarón (o langostino)

Ajo, perejil fresco, pimienta y sal a gusto

Aceite de Oliva

1 vaso de vermut

¿Qué hacer?

Calentar aceite de oliva en una sartén, una vez que tome temperatura sellar los camarones. Incorporar el ajo y el perejil picados, moviendo con la cuchara de madera para que no se quemen. Salpimentar a gusto. Incorporar el vermut y dejar hervir unos 5 minutos. Luego, retirar ¡Y disfrutar!

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La oreja en el teléfono: COMEDORES

Como parte del trabajo que el Archivo Oral viene realizando en tiempos de Covid-19, iniciamos una serie de entrevistas grabadas por teléfono a cocineras de comedores organizados ante la urgencia de sus barrios en cuarentena. En este caso charlamos con Antonina “Katty” Aponte, que junto a más personas voluntarias (Silvia García, Ángela Aristú, Claudio Vena y María de los Ángeles Bable, entre otras) empezaron a preparar bolsones de alimentos y viandas. Cocinan en la sede de la Junta Vecinal Saladero a la que pertenecen, desde un grupo de Facebook y whatsapp avisan cuando está lista la comida.

Escuchá un fragmento de audio en el que Antonina, más conocida como “Katty”, cuenta la receta del locro criollo que aprendió a cocinar en Pirané, Formosa. Va directo al recetario plurinacional de comedores que está preparando la Unión Trabajadores de la Tierra, gracias Fernanda Laguna por la invitación.

 

Recetas Versionadas, menú especial

¿Cómo volver a mirar, socializar, trasmitir recetas amplificadas? En 2016 invitamos a alumnas, alumnos y docentes de la Escuela de Artes Visuales de Bahía Blanca a versionar recetas de nuestro archivo, dibujando. En 2020, en plena pandemia de covid-19, preparamos este compilado especial con recetas de pescado para quedarse cocinando en casa.

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Recetas versionadas

¿Cómo hacer circular recetas que a lo largo de su historia recopiló el Museo del Puerto de Ing. White? ¿Cómo volverlas a mirar, socializar, trasmitir amplificadas?

Con esta pregunta, en 2016 invitamos a alumnas, alumnos y docentes de la Escuela de Artes Visuales de Bahía Blanca a versionar recetas dibujando en pequeño formato, para que den vueltas desde la Cocina del museo al mundo en una publicación objeto que cruce saberes culinarios con todo lo que contiene un lápiz.

Este compilado especial 2020 contiene recetas trasmitidas por pescadores, cocineras barriales, embarcados, madres de pescadores y cocineros de antiguas cantinas de Ing. White que forman parte de la historia del puerto. Recetas que piden a gritos ser leídas, cocinadas, reinterpretadas, especialmente en estos días de quedarse en casa.

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Buñuelos en la mesa de dibujo

Sigue con todo el proyecto “Recetas versionadas”. Desde principio de año invitamos a alumnos y docentes de la Escuela de Artes Visuales de Bahía Blanca a versionar recetas de cocina del Archivo del museo dibujando en pequeño formato.

Por eso en los pasillos de la Escuela Lino E. Spilimbergo se siente olorcito a torta de naranja, budín inglés, apple krumble, buñuelos. Para dibujar fue necesario conocer cada receta: saber quién la trajo al museo, saber de su historia, cocinarla, seguir cada paso prestando atención en la mesada, compartirlas en el aula.

¡Llegó Petrona!

¡Qué alegría! llegó de regalo el libro “La mesa está servida. Doña Petrona C. de Gandulfo y la domesticidad en la Argentina del siglo XX», de Rebeka Pite. En 2004 Rebeka viajó especialmente al Museo del Puerto como parte de su investigación sobre la cocina y la mujer argentina en el período 1920 -1980. Entre estas mesas se reunió con vecinas whitenses para conversar en torno a los usos dados al famoso libro de Doña Petrona, a su relación con Juanita (su igualmente famosa colaboradora), al carácter más o menos económico de sus propuestas, a sus indicaciones a la hora de sentarse a comer en familia, entre otros temas.
Parte de lo que charlaron ese día resuena entre las páginas del nuevo libro, como la experiencia de cientos de mujeres en toda la argentina cuyo rol en la historia del siglo XX es necesario seguir abordando.

 

Empieza «Recetas versionadas»

¿Cómo hacer circular las cientos de recetas que a lo largo de su historia recopiló el Museo del Puerto? ¿Cómo volverlas a mirar, socializar, trasmitir amplificadas?

Recetas de pescadores, cocineras barriales, embarcados y reposteras, que fueron hechas para usar, reinventar y compartir. Cuando forman parte de un archivo piden a gritos ser leídas, cocinadas, reinterpretadas.

Así que este año (y después de la visita de la ilustradora Josefina Jolly con sus recetas dibujadas el año pasado) invitamos a alumnos y docentes de la Escuela de Artes Visuales de Bahía Blanca a versionar recetas dibujando en pequeño formato, para que den vueltas desde la Cocina al mundo en una publicación objeto que cruce saberes culinarios con todo lo que contiene un lápiz.

El viernes pasado un primer grupo de alumnos vino al museo junto a su profesor de Ilustración, Sebastián Barrionuevo. Antes de dibujar querían conocer más: vinieron en colectivo al lugar de donde salieron las recetas, conocieron historias de múltiples cocinas recorriendo las salas, probaron “masitas de amoníaco”, charlaron con su cocinera Delia Schenfeldt. Pero también empezaron a contar recetas propias. Así que el encuentro terminó con notas en la libreta, recuerdos familiares, y ricos mates. ¡Pero esto recién empieza!

Banco de datos (comestibles) para el futuro

Para abordar la historia de White hay un archivo con cientos de recetas: Este año empezamos a digitalizar y catalogar una por una esas hojitas escritas a mano, a máquina, en computadora. Cada una contiene múltiples saberes trasmitidos de boca en boca, de cocina en cocina. Cada una es testimonio de una historia de vida, de una historia social. En pocas palabras, con un lenguaje que tiene su propia tradición, cuentan cómo hacer sopa paraguaya, ravioles de ortiga o paella para 400 personas.  Parecen detenidas en un papel, pero (como todo archivo) están siempre listas para usarse, transformarse, circular.

¿Cómo comer una torta dibujada?

En un museo que tiene Área Cocina se presentó el libro «Cocinar y dibujar», de Josefina Jolly, junto al equipo de Galería Editorial y la cocinera Paola Marino. Usos y relaciones entre un lápiz y una cuchara.

Ante la pregunta de cómo hacer circular las recetas que el museo recopila desde 1987, resulta muy útil el método que propone el libro Cocinar y dibujar, donde se interpretan los pasos para preparar una comida a través de dibujos. Por eso el sábado pasado nos visitaron la ilustradora Josefina Jolly y los chicos de Galería editorial: la propuesta fue presentar el libro en un taller abierto, para socializar esa manera de contar recetas.

También fue invitada la cocinera Paola Marino, para explicar cómo hace su “torta de piquitos de chocolate” frente a un grupo de dibujantes, profesores y alumnos de la Escuela de Artes Visuales dispuestos a dibujar cada paso en vivo: porque el dibujo es un modo de conocimiento, que a la vez deja un testimonio material de ese proceso de conocimiento.  Además tiene varios puntos en común con las prácticas de cocina.

Por ejemplo, esa memoria múltiple, que en cocina está hecha de consistencias, olores, sonidos y todo lo aprendido con el cuerpo mientras se cocina, en el dibujo es también la memoria de una técnica, sus movimientos, los miles de dibujos anteriores, toda la información visual que tenemos a disposición en nuestros recuerdos. Además, tanto el dibujo como el acto de cocinar necesitan de una inteligencia programadora, organizadora: considerar tiempos, pasos, uso de herramientas, uso del espacio, planificar para poder inventar. Sí, esa capacidad de imaginar que se acciona en las cocinas cuando falta un ingrediente o se piensa un nuevo modo de presentar un plato, está  también en el dibujo. Las dos con saberes y técnicas puestas en acción para ser modificadas, reinventadas.

El sábado en el museo dibujar fue también un modo de escuchar al otro (una cocinera whitense, que contaba la receta de su mamá), fue un modo de cocimiento. A la par dejó un documento sobre ese proceso: Una mesa llena de dibujos que son testimonios del presente. Con el último trazo llegó la torta, concretamente, para cortar y compartir entre todos mientras sonaba la música de Vieja Vecindad en la Cocina.

¿Qué hay en una cazuela gigante?

Inmigrantes de Ponza llegando a White a fines del siglo XIX, el runrun de las corvinas, San Silverio apareciendo en medio de una tormenta, la “época del cazón”, el formón del carpintero de rivera Serri, las cantinas, los “músculos”, las canzonettas que cantaba María Marzocca, su hija volviendo a cantar años más tarde, las manos de cientos de peladoras y fileteras, el cierre de la Cooperativa, la organización de los vecinos para hacer un fiesta, Umberto Mazzella tejiendo como red una bolsa de supermercado, la emergencia pesquera, un tatuaje de San Silverio en el brazo, la reconversión, las disputas entre pescadores, el presente complejo, la fiesta del Camarón y el Langostino en este mismo momento. Y mucho más.