¿Naciste en el HOSPITALITO?

El próximo 25 de mayo, el Centro de Salud Leonor N. Cappelli cumple 60 años: sí, un aniversario en plena pandemia. Por eso, más que nunca, es necesario pensar esta institución tan querida de Ing. White en su relación con la organización colectiva.

Años atrás, el museo empezó a indagar la historia de este “Hospitalito” iniciado desde la comunidad a partir de una cooperadora. Una historia hecha también de la larga lista de personas que nacieron ahí, entre 1961 y principios de los ´70. La propuesta de buscar cada uno de sus nombres continúa este año. Esta vez en red con PAMI Ing. White y el propio Centro de Salud, preguntamos: ¿naciste en el Hospitalito? Contános. Llamá de mañana al 4571149 y dejá tus datos. ¡Tu nombre no puede faltar!

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¿Charlamos desde el archivo?

Seguimos con Proyecto Baño, para montar una nueva sala en el museo con el apoyo del subsidio «ensayar Museos 2019», de la Fundación Williams. En ese marco, y a partir de una articulación entre la Municipalidad de Bahía Blanca y PAMI Bahía Blanca, iniciamos la propuesta ¡Hola! ¿Charlamos desde el archivo? para habilitar canales de escucha a personas mayores desde PAMI de Ing. White, que puedan registrarse y pasar a formar parte del Archivo Oral del Museo del Puerto. Un modo de acompañamiento que, además de valorizar toda una experiencia de vida, abra un espacio de enunciación y reflexión en a temas silenciados durante años.

¿Porqué estudiantes de medicina visitan el museo?

Ayer chicas y chicos de la materia «trabajo en terreno» de la carrera de medicina de la UNS, llegaron a la cocina del museo. Pensamos y debatimos juntos la historia de la comunidad, la asimetría entre la producción portuaria y la vida social del pueblo, y la imposible escisión de los cuerpos y la historia: en la mesa pizarrón se podía leer el testimonio de una peladora de langostinos contando del endurecimiento de sus manos, o un ypefeano que sufre una ataque al corazón al momento de saber de la privatización de YPF. Pero también: que la historia no es sólo un proceso de destrucción de las fuerzas vitales. Un testimonio de una de las integrantes de la Asociación de Amigas del Museo que dice «vine al museo y salí de la depresión que tenía. Acá vengo a alegrarme». Algo así, para nosotros, también es salud.

Que la salud sea todoterreno

Curar, para los estudiantes de 3º año de Medicina de la UNS, implica, además de saber qué medicamento recetar, conocer el territorio, caminar las calles.

Por eso, ayer por la tarde, el museo los recibió junto  a su docente de “Trabajo en terreno”, Agustín González, para conocer más sobre la historia y el presente de Ing. White y, de este modo, comprender mejor algunas situaciones de salud de la comunidad.

¿Qué relación tiene la privatización de YPF con el corazón de Mario Sartor? ¿y el trabajo realizado arriba de una lancha pesquera con los huesos de Silverio Mazzella?

Pensar en el territorio donde los cuerpos se construyen/inscriben, permite pensar en los posibles modos de prevención y atención primaria de la salud (aunque la construcción de esos territorios y los vínculos que forman parte de él, implican políticas a escala mundial)

“Mumi” Alonso nos dice prestar atención ¡inclusive con su propio cuerpo! a la explosión del elevador N° 5

Caminar sobre las vías (ignorando la prohibición de la empresa Ferrocarril del Sud que todavía se puede ver en el presente), cruzar el límite de Prefectura (que marca un límite diferenciado entre el puerto y el pueblo), escuchar la sirena (los jueves a las 11 de la mañana) o sentir el olor a comida del Restaurante Stella Maris (y que, por supuesto, ¡se abra el apetito!) para el Museo del Puerto son todas acciones fundamentales del aprender a interrogar la historia.

Hace unos días, los chicos de 6º año del Colegio María Auxiliadora, junto a la docente Clarisa Borgani, se pusieron guantes, gorros y bufandas y formaron parte de una nueva caminata del museo, con el objetivo de observar y reflexionar sobre la historia reciente en el mismo territorio. Los acompañó Raúl “Mumi” Alonso, ex trabajador de la Junta Nacional de Granos que estuvo en la explosión del elevador Nº 5 en 1985, y colaborador actual del museo.

Hablar de historia reciente es sin duda hablar del neoliberalismo en Argentina que, si bien es asociado a los 90, se remonta un poco más atrás. Incluye por ejemplo las políticas de “reorganización” de la última dictadura militar y los productos “made in China”. El plan de Cavallo  y los viajes a Brasil. Políticas y hechos que moldearon un hacer cotidiano, condensado luego en el “1 a 1” durante unos diez años.

El neoliberalismo está –en el puerto, en el cuerpo del Mumi, ¡en nuestros cuerpos!– como marcas posibles de identificar. Todas hablan de un rol del Estado que se comenzaba a poner en discusión, y se cuestionaba por obsoleto ante la frontera tecnológica internacional, o como un obstáculo innecesario al libre funcionamiento de los mercados.

Mientras hacíamos la caminata surgieron algunas preguntas. ¿Cómo es que la Junta Nacional de Granos (JNG) “daba pérdida” si en 1971 junto a la Administración General de Puertos (AGP) se invirtieron grandes sumas de dinero para la construcción del elevador Nº 5, “uno de los más modernos de Sudamérica”? ¿Y cómo es que hoy las empresas multinacionales que están donde antes estaba la JNG, celebran “records de exportación”?

Encuentro con estudiantes de Cs. de la Salud de la UNS 16-5-13

Este es el pizarrón a partir del cual los estudiantes de Trabajo en Terreno del área de Salud Individual y Colectiva del Departamento de Ciencias de la Salud de la UNS empezaron a indagar la historia y el presente del barrio Saladero. En él se muestra una línea de tiempo que comienza con el desembarco en el arroyo Napostá de la sumaca “Luisa”, que trajo los materiales para la construcción del fuerte de Bahía Blanca y termina con el carnaval organizado por distintas instituciones comunitarias del barrio en marzo de este año.

¿Por qué es importante para un estudiante de medicina conocer la historia de un barrio?
Y, porque si entra un vecino a la Unidad Sanitaria Barrio Saladero y vos no sabés nada de cómo vive, es más difícil que puedas ayudarlo.

Conocer en qué trabaja la gente del barrio te sirve un montón para transmitir medidas de prevención, que van mucho más allá de la enfermedad o de las patologías.

Así como el museo suele decir que la historia pasa por el cuerpo, los estudiantes de medicina afirman que el cuerpo está atravesado por la historia.

Peluquera + maestra + historiadora + vecina = enfermera de unidad sanitaria

Iris Mónica Palacio (Mendoza, 1962) trabaja como enfermera en la unidad sanitaria de Villa Bordeu desde 1992. Ayer contaba que, cuando empezó a trabajar, muchas mamás me decían: ‘Yo tengo hasta tercero, cuarto grado; yo no lo puedo ayudar a mi hijo’. Entonces venían los chicos, hacíamos divisiones, multiplicaciones. Una amiga peluquera me enseñó a cortarle el pelo a los chicos; eso también lo hacíamos en la unidad sanitaria. En 1999, Mónica hizo un curso de “animación de tareas comunitarias” organizado por la Federación de Sociedades de Fomento, y como trabajo final le pidieron que investigue la historia de su barrio. Ahí me entusiasmé. Me agarró el ataque de historiadora. Se puso a buscar documentos, contactar investigadores y entrevistar vecinos para reconstruir la historia del barrio en el que, detrás del “brillo” de la exposición rural, habrá que ver el trabajo de jornaleros que viven en el barrio, carnean chanchos y gallinas y, claro, se accidentan: los cortes de cuchillo son las urgencias mayores que tiene la unidad sanitaria. Mónica también forma parte de la Sociedad de Fomento del barrio, que años atrás organizó ferias de ropa, bingos y otras actividades comunitarias para financiar el arreglo o la compra de algunos implementos necesarios para la unidad sanitaria.

¿Cuáles son los contornos precisos, la especificidad del oficio de enfermera en la unidad sanitaria? ¿Qué pasa cuando, la enfermera, además es vecina y fomentista? ¿Todas esas actividades deberían quedar afuera de la “técnica” o de la “profesión”? Igual que los límites del barrio con la ciudad y con el “campo”, los contornos del oficio se vuelven difusos desde el principio. Habrá entonces que revisar, cuando de Atención Primaria se trata, los alcances del concepto.
Una enfermera de unidad sanitaria es mucho más que una “enfermera”.

La salita como termómetro

A partir de la iniciativa de Dora Gigena, una enfermera que quería que el Estado reconociera a su referente laboral, Haydeé la “Negra” Peralta, en el 50º aniversario del Hospitalito de White, el Museo del Puerto comenzó a indagar la historia y el presente de la Atención Primaria de la Salud en Bahía Blanca.

Luego del homenaje a enfermeras que habían cumplido 25 años de servicio, realizado por la Secretaría de Salud del municipio, el Museo empezó a entrevistar enfermeras, trabajadores sociales, psicólogos y médicos que trabajan en el primer nivel de atención sanitaria. En total, se hicieron más de 30 entrevistas y un registro visual de más de 10 unidades sanitarias de la ciudad.

En agosto, y para compartir los primeros resultados del proyecto, se llevó a cabo un encuentro con trabajadores de la salud en la Cocina del Museo. Allí se consideraron colectivamente cuatro aspectos: la particularidad del trabajo de la enfermera en la unidad sanitaria, la herramienta fundamental con la que debe contar, la relación entre la unidad sanitaria y el barrio del cual forma parte y también la posibilidad de reconocer el impacto de las políticas públicas en el trabajo de Atención Primaria.

Finalmente, en la fiesta de APS realizada el miércoles pasado, se presentó el video “La salita como termómetro”, que da cuenta del intenso trabajo de indagación, que fue posible gracias a la participación activa de los trabajadores del área, no solo como informantes, sino como constructores de su propio relato histórico.

La historia hace bien

Este domingo, el museo participó, junto a otras instituciones whitenses, de una tarde de Arte y Salud Mental coordinada por la Residencia en Psicología Comunitaria del Centro de Saludo Leonor N. Cappelli.

Cerca de las 3, la Plaza Roberto Achával se llenó de puestos de vecinos que hacen diversas artesanías en instituciones como la Asociación Helénica, el Centro de Jubilados, el Jardín de Infantes nº 905, las Sociedades de Fomento de White, Bulevar y Saladero, la Casa del Niño, la Siempre Verde, la Cooperadora del Hospital y la Feria de Microemprendedores. También estuvieron presentes, por supuesto, las chicas que integran el Taller de Revista del Hospitalito, que este año se lleva a cabo en la Cocina del Museo.

Después de la presentación de la murga “Los alegres del patiecito”, chicos, mamás y papás se concentraron en la base de hormigón que hace más de cien años fue cimiento de la primerísima usina del Ferrocarril Sud, y que ahora es un espacio de recreación para los whitenses. Mirar el suelo que se pisaba en ese momento fue una buena preparación para salir a caminar, y a reconocer la historia ahí, en el piso.

Luego del recorrido, los chicos se pusieron a dibujar postales del puerto que dieran cuenta de lo que habían visto, olido, escuchado. Lucio, por ejemplo, dibujó la lancha pesquera que su abuelo obtuvo a partir del plan de reconversión, “Siempre Afuera I”. Emanuel, se concentró en la cinta transportadora de una aceitera multinacional. Yeniffer recreó un diálogo entre dos marineros a bordo de un buque pesquero en el que flamea la bandera argentina.

Caminar por el límite entre el puerto y el pueblo implica reconocer un ruido o un olor desde una experiencia más compleja. Saber que un olor da cuenta de un complejo productivo que se instaló en cierto momento de la historia, en definitiva, pasar del miedo a una explosión a la pregunta, puede ayudar a estar mejor. Y cuando caminar supone caminar con otros, cuando pensar caminando es una más de tantas actividades organizadas por instituciones comunitarias, la salud se hace entre todos.