Cómo mira la luna Riacho Azul

¿Cuál es el límite entre naturaleza e historia? ¿Podemos realmente poner un límite que separe el desarrollo de la vida social de su entorno? ¿Cómo llegamos a creer que es posible separar la vida humana de la vida en general?

Son preguntas que surgen prestando atención especial a las entrevistas del Archivo Oral del museo. Un día, por ejemplo, escuchamos al pescador artesanal Silverio Mazzella quien, al contar su experiencia de vida y de trabajo, decía esta frase: La luna y el mar son dos complementos. Cuando estábamos pescando en Riacho Azul y veíamos la luna creciente, apenas una pancita pasaba un poquito la mitad… nos poníamos contentos. Quería decir que pronto volvíamos a casa.

Nos llevó mucho tiempo entender lo que nos contaba Silverio con esa frase.  Él nos hablaba de su ambiente desde la observación detallada de la luna desde el agua, como un astrónomo embarcado que la sigue en detalle. Lo hacía también pensando la relación entre los astros y las mareas en la variación de las corrientes. Pero además hablaba de la relación de esas mareas con los seres vivos que las habitan. Y a la vez daba cuenta de las técnicas de su trabajo como pescador artesanal (aprendido de sus antepasados ponceses que inmigraron desde Italia a principios del Siglo XX) que implica movimientos de las mareas para que se llene la red en el fondo. ¡Y toda esa serie de relaciones también tenía que ver con sus sentimientos! Porque cuando la luna crecía y disminuía la pesca llegaba el momento de volver a puerto… ¡donde esperaba su amor! 

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Piojos unidos

Puerto Piojo, Dock Sud, 1932

En 2014 supimos que había un grupo en Buenos Aires llamado “Expediciones a Puerto Piojo”. ¿Cómo? ¿No estaba sólo el “Puerto Piojo” de Ing. White? ¿Qué lugar exploraba ese colectivo cuando iba al encuentro de un “Puerto Piojo” hermano en la ribera del Río de la Plata? Supimos que estaba en busca de un antiguo balneario popular en la desembocadura del Riachuelo, el cual algunas personas de La Boca, Isla Maciel y Dock Sud recordaban haber disfrutado hasta su cierre en 1976. Esa zona es actualmente de acceso restringido, pero el grupo de “Expediciones…” pudo encontrar, volver a nombrarla y a pensarla como una playa después de décadas de olvido. Para seguir actualizando ese espacio, que dice mucho sobre la relación presente de la ciudad con el río, desde entonces proponen recorridos por el lugar, muestras, actividades y redes con otros espacios ribereños. Estas actividades incluyeron intercambios con el Museo del Puerto: en 2017 una de sus exploraciones consistió en conocer nuestro “Puerto Piojo” de Ing. White.

Estela Barba vuelve a Puerto Piojo

El sábado pasado pudimos devolver esa visita. Fuimos finalmente a conocer el “Puerto Piojo” de Dock Sud. Ahí mismo grabamos para nuestro Archivo Oral a Estela Barba, una vecina que creció en La Boca y nos contó sobre sus días de verano pasados hasta los 12 años en esa costa; pueden escucharla acá. Con los pies en las ondas de la marea, supimos que su familia ya usaba el lugar en la década del `30 y que esa experiencia se cortó en la última dictadura militar, cuando el arroyo Maciel se rellenó como parte de la construcción de la autopista Buenos Aires-La Plata.

La charla con Estela estuvo alimentada por materiales de la misma playa: ver remolcadores y cargueros en el horizonte, prestar atención al silencio con pajaritos, proyectar la sombra toda entera estirada en el piso al atardecer. Cuando le preguntamos qué es “Puerto Piojo” para ella, si parte de su experiencia de la ciudad o una experiencia fuera de ella, dijo: “Es un secreto”. Un recuerdo que estuvo a punto de borrar, si hasta pensó que lo había inventado ella misma. Fue recién con estas expediciones que volvió a parecerle realidad. Las idas y vueltas de un Puerto Piojo a otro van a seguir, porque todavía es inquietante preguntar: ¿cuáles son los otros “Puertos Piojo” del mundo? ¿Quiénes son esos “piojos” que les dan nombre? ¿También guardarán memorias que pasan de boca en boca y un día, si se dejan de nombrar, se borran en el agua?

¿Qué puede hacer un archivo?

Ayer, después de 14 años, Matías Lupo volvió a escuchar la voz de su abuelo Nino contando historias sobre la infancia en Italia, el tiempo de prisionero en Sicilia durante la Segunda Guerra Mundial y su llegada a Ing. White en 1948.  Las numerosas entrevistas realizadas a Nino Lupo por el equipo del museo entre 1998 y 2006, cobran sentido otra vez cuando su nieto se detiene a escucharlo “como si estuviera con él en la cocina de casa”.

La oreja en la Escuela N 40

Esta vez, ponemos la oreja en el Barrio El Saladero, donde casi al final de la calle Reconquista se encuentra la Escuela 40. Un lugar que funciona también como núcleo del barrio, convocando a las infancias, las personas jóvenes y adultas. Una institución que incluso en pandemia no deja de funcionar como lugar de pertenencia y encuentro en cada entrega de alimentos, de fotocopias y cuadernillos educativos. 

No dejen de escuchar este fragmento de la entrevista que hicimos a su directora, María Elisabet Román. Ella nos habla de las redes (no las de pesca, ni las virtuales) que la pandemia fortaleció más: las que se extienden por el territorio, tratando de no dejar huecos, de no dejar a nadie solo o sola. Redes que se sostienen y fortalecen; desde la organización vecinal hasta el rol de la Escuela en su función de cuidado y disfrute, proclamando un derecho que irrumpe y, tal como cuenta Elisabet, es cada vez más necesario: Mantener a les niñes en el mundo de la infancia.

La oreja en el teléfono: COMEDORES

En la serie de entrevistas a cocineras de comedores organizados ante la urgencia de  la cuarentena, charlamos con Elvira Estay, cocinera de la ONG «Cangrejitos de barro» junto a  Pamela Morales y Ada Tolosa, en el barrio Boulevard. Nos contó sobre los inicios del merendero hace dos años, del surgimiento de la olla popular con la pandemia y de la unión que hace dos semanas lograron con la Sociedad de Fomento y el comedor Martín Pescador para organizar en conjunto donaciones y días de viandas.  En este fragmento cuenta una receta para 300 personas, la que más le gustó preparar, imaginando muchas otras…

La oreja en el teléfono 4: COMEDORES

En cuarentena, el Archivo Oral sigue escuchando voces por teléfono: esta vez, en la serie de entrevistas a cocineras de comedores organizados ante la urgencia de sus barrios en cuarentena, charlamos con Graciela Franco. Ella es la cocinera del comedor “Martín Pescador”, que organizó la vecina Gloria Del Valle desde su casa del barrio Boulevard. También es Integrante de la Sociedad de Fomento de Boulevard, que a partir de la pandemia trabaja junto al grupo “Creando Puentes” en el reparto de viandas y bolsones alimentarios. Escuchá este fragmento de audio en el que Graciela cuenta la receta de la sopa paraguaya, que aprendió a preparar en Formosa, de donde vino hace más de 20 años.

 

La oreja en el teléfono 3

Seguimos con las entrevistas por teléfono en torno a la historia de los baños en Ing. White, preparando la futura sala baño que se incorporará al recorrido del museo. Escuchá un fragmento del testimonio de José «Pepe» Malvar, que recuerda el tiempo de las letrinas y cómo cambió el mapa olfativo de la localidad después de instalarse las cloacas.

 

La oreja en el teléfono: COMEDORES

Como parte del trabajo que el Archivo Oral viene realizando en tiempos de Covid-19, iniciamos una serie de entrevistas grabadas por teléfono a cocineras de comedores organizados ante la urgencia de sus barrios en cuarentena. En este caso charlamos con Antonina “Katty” Aponte, que junto a más personas voluntarias (Silvia García, Ángela Aristú, Claudio Vena y María de los Ángeles Bable, entre otras) empezaron a preparar bolsones de alimentos y viandas. Cocinan en la sede de la Junta Vecinal Saladero a la que pertenecen, desde un grupo de Facebook y whatsapp avisan cuando está lista la comida.

Escuchá un fragmento de audio en el que Antonina, más conocida como “Katty”, cuenta la receta del locro criollo que aprendió a cocinar en Pirané, Formosa. Va directo al recetario plurinacional de comedores que está preparando la Unión Trabajadores de la Tierra, gracias Fernanda Laguna por la invitación.

 

La oreja en el teléfono

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Durante décadas, el museo sostiene la práctica de realizar entrevistas que se recopilan en su Archivo Oral. Iniciado sistemáticamente a partir de 1992, hoy tiene ya más de mil doscientos audios con entrevistas a pescadores, maestras, cocineras, inmigrantes, ferroviarios, estibadores, prácticos, reposteras, comerciantes y demás. ¿Qué pasa cuando no es posible seguir encontrándote para preguntar, cuando el dispositivo específico de la mirada no está presente en la escucha? Estos días surgió un intento, que es un intento y un aprendizaje simultáneo: hacer entrevistas del Archivo Oral por teléfono.
La primera entrevista fue a Juana Dodero. La querida “Negrita”, a quien veíamos semanalmente entrar y salir del museo como de su casa. Esta vez está sola en su comedor del barrio U.P.C.N. contando parte de su vida. Pero no está tan sola, escuchála:

Ningún SHHHH!!!

Como parte del 8M, ayer se reunieron mujeres de distintas generaciones en el museo para abordar temas que durante décadas se hablaron sólo en el ámbito privado, en susurros, o que se perdían en el silencio. Esta vez, con el micrófono circulando, ellas pensaron y debatieron juntas la relación entre eso de lo que “no se habla” y sus lugares actuales en la sociedad. //

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Fue el inicio del proyecto con el que el museo ganó el subsidio “Ensayar museos” de la Fundación Williams 2019, y por el cual, a fines de año, se incorporará a su recorrido una nueva sala, el Baño ¡Cómo no va a tener una Sala Baño un museo cuya sala mayor es una Cocina!

Y qué mejor que hacer público este proyecto si no es escuchando a las que durante décadas y décadas tuvieron que limpiar baños de todo tipo. Sí, aquellas que por el sólo hecho de nacer mujeres tenían a cargo (o tienen aún, en la mayoría de los casos) ese trabajo en sus casas.

Por eso rápidamente se empezó a hablar de las letrinas de White, del papel higiénico hecho con hojas de diario, de los fuentones o fontones con los que se bañaban antes de que apareciera la ducha… pero también, más lentamente, de la ocultación de sus cuerpos, de la menstruación como un tabú, de las toallitas hechas de toalla, de los métodos anticonceptivos, del mandato de no gozar, de la violencia que todavía apenas se puede mencionar…

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Ahí está el pizarrón donde quedó el testimonio sintético de todo lo que se habló. En él no hay sólo datos sobre el pasado; hay, sobre todo, datos sobre lo que viene, sobre lo que es necesario modificar, sobre lo que hay que seguir planteando. Como dijo una voz: “No estar tres pasitos atrás”.